La clasificación energética ha llegado para quedarse. El etiquetado de electrodomésticos es obligatorio en toda la unión europea y queremos brindarte algunas nociones para que lleves a cabo la elección de tus próximos electrodomésticos.Hay que tener en cuenta que los aparatos más eficientes conllevan un gasto más elevado.
A la hora de la compra se amortizan obteniendo un mayor rendimiento y un ahorro considerable en la factura de la luz. Debemos tener presente que los televisores, frigoríficos, lavadoras, secadoras y la mayoría de los aparatos pertenecientes a las líneas blanca y marrón, suelen estar asociados a un consumo eléctrico permanente. Este consumo diario nos engorda la factura de la luz, por lo que debemos de plantearnos el tiempo de uso que le vamos a dar. Si tenemos un núcleo familiar amplio en el hogar, el tiempo de amortización de una lavadora y secadora de clasificación energética A+++ se va a reducir de manera exponencial. Si por el contrario tenemos un núcleo familiar reducido la amortización será más larga.
El sistema de clasificación se ha establecido adoptando el sistema de calificación americano. Todos hemos visto en las películas como a la hora de calificar a los alumnos van desde la A+++, que correspondería al máximo grado excelencia, a la F que corresponde a muy deficiente. Pero en este sistema implantado en la unión europea nos movemos en los baremos de A+++ a D. Hay que recalcar que aquí no hay suspensos, si no aparatos menos eficientes. Desde el 1 de agosto de 2017 los etiquetados han cambiado, por lo que es común verlos en dos formas: de A+++ a D y de A a G.
¿Cómo se traduce esto en consumo?
Para medir esta eficiencia energética nos encontramos que los aparatos tipo D serían los que conllevan un consumo de entre el 86 y el 100% del estándar del electrodoméstico. Estos irían bajando el porcentaje cuanto más escalamos en la tabla. Los clasificados como A+++ son aquellos que están por debajo del 20% del consumo. Por tanto podemos decir que con un consumo del 20% se obtiene la misma potencia y rendimiento que un clase D. La diferencia en la factura de la luz al final del año puede ser abismal.
A la hora de plantear la instalación de un aparato de A.A. (aire acondicionado) debemos tener en cuenta que la clasificación energética es de vital importancia. En veranos calurosos e inviernos fríos la factura de la luz nos puede dar un susto importante si no hemos sido previsores. Es importante realizar un cálculo de las necesidades energéticas que necesitamos en las estancias a climatizar y buscar un aparato que se adapte a nuestras características. Si realizamos una inversión levemente superior en los aparatos podemos amortizar y ahorrar más rápidamente en nuestra factura de la luz.
Como dato de interés, desde la entrada en vigor el 1 de agosto de 2017 de la nueva normativa, la clasificación energética ha pasado de ser directiva a reglamento. Se pretende unificar y marcar las pautas para todo el territorio de la unión europea.
A todo esto, que esperamos te haya resultado útil, debemos añadir que, en consecuencia, un electrodoméstico de alta clasificación energética contribuye a un mejor aprovechamiento de los recursos naturales del planeta, si a nivel global necesitamos un menor consumo energético, podremos ir prescindiendo de combustibles fósiles y apoyarnos más en las energías renovables de forma sostenible.
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