Ya está aquí noviembre, y aunque parecía que el verano no se iría nunca, estrenamos temporada de serie y mantita.

Hoy traemos una guía con las mejores opciones de calefacción según tu tipo de vivienda. Despeja las dudas y elige la que mejor se adapte a ti.

Vivo en un piso en una zona fría.

Vas a utilizarla todos los días, hasta que el frío desaparezca.

Si vives en un lugar frío, escoge un sistema con instalación. Aunque su coste es más elevado al principio, ahorrarás en las facturas.

Si puedes, elige gas natural.

Este tipo de calefacción tiene un precio muy estable, sin subidas ni bajadas. El coste de la instalación es elevado, pero si tu edificio ya dispone de ella, no te lo pienses.

Caldera de gasoil.

Aunque el precio del gasoil no para de subir, muchos edificios con calefacción central siguen utilizándolo. La parte positiva es que apenas requieren mantenimiento, y puedes obtener descuentos interesantes si compras el gasoil en grandes cantidades.

¿Suelo radiante o radiador tradicional?

Dicen que el suelo radiante pierde calor y que su instalación es incompatible con los suelos de madera. Nada más lejos de la realidad.

Puede ser eléctrica o de gas, por lo que puedes sustituir los radiadores tradicionales por este sistema sin problema. El suelo radiante aísla y reparte el calor de forma uniforme. Es eficiente, es limpio. Y puedes caminar descalzo. ¿Alguien da más?

Tengo una segunda vivienda en una zona cálida.

Es probable que no necesites una calefacción muy potente en un apartamento en la playa, por ejemplo. El clima suele ser suave, y existen soluciones más económicas que te pueden salvar la vida.

Aire acondicionado.

Cualquier calefacción de tipo eléctrico energía será algo más cara. Pero si vas a usarlo solo de vez en cuando y no necesitas estar a 25 grados, el aire acondicionado puede ser ideal.La misma instalación te servirá para invierno y verano.

Tengo una segunda vivienda en un lugar frío.

Hace frío, pero no vives allí habitualmente, así que no quieres obras ni complicaciones.

Estufa de gas butano.

Son económicas, portátiles y fáciles de usar. Aunque tienen fama de peligrosas, los modelos actuales incorporan una válvula de seguridad que se apaga si el nivel de oxígeno en el aire baja.

Radiador de aceite.

Tardan en comenzar a calentar, pero su nivel refractario es muy elevado. Esto significa que, una vez apagado, sigue aportando calor durante mucho tiempo.

¿Y el calor azul?

Estos radiadores son muy parecidos estéticamente a los tradicionales. Incluso se pueden colocar en la pared. Solo necesitas un enchufe, y aunque pueden aumentar el consumo eléctrico, son programables y su termostatos te ayudará a controlar el gasto.

Calefactor de mica.

Son muy económicos y rápidos. Al ser portátiles, puedes llevarlos de una habitación a otra.

No necesito calefacción, pero sí algo rápido.

Estás describiendo los calefactores de aire.

Disipan el calor rápidamente, pero son perfectos para calentar en segundos una estancia pequeña, como el baño. Además son compactos y portátiles.