“Sería imposible vivir sin música”. Esta frase que se le atribuye al filosofo alemán Fiedrich Nietszche, y que ha sido utilizada en campañas de empresas como Coca-Cola,  cobra mas fuerza que nunca en nuestros tiempos. El auge de los equipos de sonido caseros ha dado paso a un fervor imparable por llevar tu música a cualquier parte. Pero, empecemos por el principio. Historia de los electrodomésticos parte VIII: El equipo de música.

Antecedentes:

A finales del siglo XIX, Thomas Alva Edison decide “democratizar” el sonido, llevándolo a todos los hogares de EE.UU. El famoso inventor había patentado y comercializado el Fonógrafo. El sistema que se desarrollaría y mejoraría posteriormente tanto en gramófonos, tocadiscos… registraba las vibraciones del sonido, en unos cilindros que con una aguja creaban surcos. De esta manera, se conseguía crear un “mapeado” que otra aguja, posteriormente, reproduciría al pasar por ellos.

A partir de los 50:

Indudablemente, esto fue una revolución. Había nacido la música con fines domésticos y en los años 50 y 60 el boom fue imparable. El famoso tocadiscos o pinchadiscos, que utilizaba discos planos de vinilo, fue el vehículo a través del cual se popularizó la música Pop y el Rock&Roll. La versatilidad y comodidad empezaban a ser un requisito en estos aparatos. Por un lado se hacían más pequeños y ligeros para ser transportados y por otro se mejoraban y añadían funciones como la radio.

Los años 80:

Para principios de los años 80 empezaron a surgir la cadenas de música. En un solo aparato (o varios módulos conectados) disponíamos de radio, tocadiscos y un nuevo elemento que se había empezado a popularizar unos años antes: el Cassette o K7. Este elemento le daba una vuelta de tuerca a la grabación y reproducción de sonido. Se basaba en un sistema de almacenamiento con una cinta que se magnetizaba para grabar el sonido. Por ende, era más fácil que nunca hacer grabaciones casera o reproducciones de grabaciones en otros soportes.

Este nuevo soporte llevó a un nuevo paso adelante de la tecnología, la empresa Sony, lanzó al mercado el “Walkman”, que revolucionó el mercado musical hasta tal punto que llegó a vender 400 millones de unidades.

Pero la gente quería más, mas versatilidad, más calidad de sonido, acceso instantáneo a las canciones que incluía la cinta. Hacia el año 1984 sale al mercado otro nuevo modelo de reproducción, esta vez por láser: El Discman.

La calidad de sonido y la era digital:

Los discos compactos o CD´s habían llegado, y aunque en un principio no triunfaron mucho por que los reproductores portátiles saltaban continuamente si uno se movía, con la inclusión de esta tecnología en ordenadores acabo de establecerse.

Hay quien dice que este fue el principio del fin de la industria musical pues convertir las grabaciones a digital era cuestión de tiempo, y pronto surgió el formato MP3 que sigue siendo plenamente utilizado en nuestros días. Se crearon reproductores como los tambien denominados MP3 y IPod, y más tarde los smartphones y el consumo por Internet.

Sea como fuere, es innegable que en casi todos los hogares, por no decir en todos, existe algún aparato de reproducción musical y todo empezó con un cilindro de cera.

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